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Grandes Esperanzas

26 mayo 2008

A veces las cosas están tan claras, tan fáciles, tan cerca que casi puedes tocarlas. Si eres un lince miope seguramente tropieces antes de llegar.
No dejo de pensar en lo difícil que es hacer lo correcto en lugar de lo anhelado. No sé qué hacer con todos estos castillos en el aire.
¿Cuál es la diferencia entre un cobarde y un valiente? ¿No hay un poco de cobardía dentro de cada uno de nosotros?
Y otras veces, sin embargo, todo se reduce al poder de la pereza.
Qué rápido ha pasado mayo, ¿no?

2 comentarios:

sinfonía agridulce dijo...

y ahora yo te digo, pequeña langosta...

cual es el rasero por el que se mide lo que es correcto y lo que no?

lo correcto es como la historia, no deja de ser un hecho moldeado por las opiniones de las personas.

así por cada persona hay una historia...

un besillo en el dorso de la mano (como a las princesas :)

Anónimo dijo...

Se suele asociar con valentía la capacidad de superar los miedos y no dejar que ellos guien nuestros actos. Pero supongo que hay tantas formas de valentía como personas.
Y si no tengo claro la valentía te quiero yo contar de correcciones versus anhelos.