Cuando metes la pata...

Hay días que son bonitos y los eliges por ello para hacer las cosas que más te cuestan. Porque hoy que brilla el sol piensas que te va a costar menos levantar ciertas cargas. Pero a alguien como yo, con un don natural para meter su pata felina en cualquier situación por propicia que parezca, la jugada siempre le sale mal. Y al final, eso días bonitos, elegidos para ser recordados como buenos, pasan a la lista de dias chungos, recordados con dolor, con traumas, o en el mejor de los casos con una risa autocompasiva.
¡¡Pero cómo puedo ser tan torpeee!! Estoy enfadada conmigo misma. He enviado un mail desde dentro del armario con remite estampado de arco iris. Cualquiera que me busque me va a encontrar. Así que nada, aquí estoy. Como siempre, dejando huellas.
Feliz día de aleluyas...