Cosas de familia

Esta primavera han nacido unos cuantos babylinces y también han muerto otros. La familia crece ya casi al mismo ritmo que desaparece. Aún hay esperanza.

En el mundo hay cuatro especies de linces (género Lynx) caracterizadas por sus largas orejas, cola corta y cuerpo más o menos moteado. Estas especies son el lince rojo (Lynx rufus), el ibérico (Lynx pardinus, o sea, yo; también conocida como lincesa pardilla), el boreal o eurasiático (Lynx lynx) y el canadiense (Lynx canadensis, o sea, mi prima de Vancouver). Todas las especies habitan exclusivamente en el Hemisferio Norte. Vamos, que son animales del primer mundo, los pijos en el mundo de los felinos.

Se considera al lince ibérico el minino más amenazado del planeta. Su limitadísima dieta no le ayuda (sólo come conejos, vaya), su timidez tampoco (no le gustan mucho los humanos, y cualquiera encuentra un hueco donde no vivan ellos). Y, desde luego, no ayudó nada que muchos los quisieran como trofeo o que se marcaran mil puntos al llevárselos por delante con el coche.

Así que aquí una cruza los dedos para que nos dejen un poco de espacio, y para que, si es posible, aumente la población de conejos, que hay mucha competencia. Y hablando de competencia debería hablar ahora de mi prima (sí, la de Vancouver) que tiene previsto aterrizar en nuestro país en breve. Aquí una foto suya:


Que digo yo, que los linces canadienses serán algo menos limitados en su dieta que los ibéricos (¿no son los americanos más liberales?), porque como la chica llegue pidiendo el mismo menú (y me temo que será así) me veo buscando nuevos territorios de caza...

Con lo feliz que era yo con mis rutinas. Aunque, tal vez los felinos no somos animales de costumbres y por eso es noticia el gato que coge el bus.
Feliz finde
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