Festivales

Una persona que tenga una conciencia lúcida de los milagros que la rodean,
que haya aprendido a animarse en la soledad,
habrá conseguido avanzar todo un trecho en el camino hacia la sabiduría,
¿o acaso es que he perdido el rumbo?
M.C. Escher.

Me fascinan las cosas imposibles. Por eso me encanta Escher. Como a mucha otra gente, supongo. Pero hoy no quiero hablar de exposiciones, ni de arte embotellado, porque el buen tiempo ya está aquí, ¡sí! Y con él la natural avalancha de festivales musicales a los que nunca puedo ir. ¿Será este año la excepción?
El primero interesante creo que es Viña Rock, a finales de abril, nativo y visceral; quizás demasiado... Y ya en mayo vuelve el Mediatic (que además me pilla cerquita), otro típico de la música autóctona que este año ha metido con calzador a los Scorpions, ¡si alguien lo entiende que me lo explique! En junio llegan Festimad y Sonar casi seguidos, ¿esta gente no piensa en los estudiantes? Aunque sinceramente, este año prefiero el Summercase, 13 y 14 de julio en MAD y BCN, menudo cartel (Scissor Sisters, Lily Allen, Arcade Fire, Kaiser Chiefs, Air, los Chemicals... para todos los gustos, oiga)! Y la semana siguiente el rey FIB, para bolsillos más preparados que el mío. La opción indie es contemPOPranea, alternativa extremeña, y seguro que menos masificada (27-28 de julio). Para los que aún guarden ahorros y ganas de fiesta en agosto está el Creamfields, música electrónica y playa en uno. No está mal la oferta nacional. Aún así algunos se escapan a Glastonbury (no muy lejos de Bristol, in England), que tiene que ser la leche y que también me perderé. En fin, ¿habéis apuntado ya alguna fecha en la agenda?
Linsizo sazonador: Azúcar marina y sal morena.
Feliz finde
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